FRANQUEZAS... Cuento de Navidad

De repente la Navidad me ha atrapado un año más. Tal vez sea porque en Madrid no hay otoño y pasamos de ir en chanchas a estar bajando la manta del altillo, comprando un paraguas que luego me dejaré en el metro o en un bar, o leyendo por enésima vez las instrucciones de la caldera para poner la calefacción. El caso es que sigilosa e inevitable la Navidad me sorprende cada año como si fuera siempre demasiado pronto para que haya llegado. Yo no soy cristiano, ni siquiera estoy bautizado, no me importa celebrar el nacimiento de Jesús (como tampoco me importaría celebrar el de Sigmund Freud, Marilyn Monroe o Concha Velasco) pero para mí es una época de costumbres y tradiciones (como celebrar con champagne las bodas, tirar de las orejas en los cumpleaños o dormir en el lado derecho de la cama). Todos los slogan de las campañas publicitarias propias de estas fechas carecen de sentido, son días como otros cualquiera… hasta este año.

El día 23 grabé mis primeras frases para una película de cine, un día antes de Navidad. Aunque parezca una tontería la directora que decidió darme esta oportunidad me ha hecho un gran regalo, me ha regalado la fe en la Navidad. Esta maravillosa Mama Noel me ha hecho creer en esas frases de: “la época en la que los sueños se pueden cumplir, la magia de la Navidad, los días de la ilusión”… que tanto he criticado en el pasado.

Después de un año difícil, lleno de pruebas que no salieron y directores que no llamaron he podido decir mis primeras frases, la primera en concreto fue: “¡Seguimos! Pasamos a la siguiente escena…” (no podía ser más cinematográfica y más significativa)

Este año también me ha traído cosas muy buenas, como recibir los consejos de grandes actores a los que he tenido la suerte de entrevistar, vuestra lealtad como lectores y el apoyo incondicional de la dirección de la escuela y de mi profesor... Muchísimas gracias a todos por vuestra ayuda.

Voy a cerrar el blog unas semanas para estar con mi familia, descansar, preparar nuevos contenidos y disfrutar de mi primer año como creyente Navideño. Por primera vez puedo afirmar que los sueños pueden cumplirse, que aún existe magia en el mundo y que no es malo tener ilusión… ¡Felices Fiestas a todos!